Tiramisú: el verdadero origen del postre italiano más seductor
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- 24 sept
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Actualizado: 24 sept
Pocos postres han alcanzado tanta fama mundial como el tiramisú, ese delicado equilibrio entre café, cacao, queso mascarpone y bizcochos que parece abrazar en una sola cucharada la tradición y la sofisticación. Sin embargo, detrás de su aparente sencillez se esconde una historia rodeada de disputas y leyendas regionales en Italia.
¿Un invento reciente o una receta centenaria? Tiramisú
A diferencia de otros dulces italianos de raíces medievales, el tiramisú es sorprendentemente moderno. La mayoría de las investigaciones gastronómicas coinciden en que su origen se remonta a la década de 1960 o 1970. El lugar más citado es la región del Véneto, en la ciudad de Treviso, donde el restaurante Le Beccherie lo incluyó en su carta, atribuyendo la creación a la repostera Roberta Linguanotto junto con el propietario Ado Campeol.
No obstante, en la vecina región de Friuli-Venezia Giulia reclaman la paternidad. Según testimonios locales, en el pueblo de Tolmezzo ya se preparaba un postre similar en los años 50 bajo el nombre de “tirime su” (expresión dialectal que significa “levántame” o “anímame”), en alusión a la energía que aportaban el café y el cacao.
Un nombre que invita al placer
El término “tiramisú” literalmente se traduce como “tírame arriba” o “levántame”, un guiño tanto a su efecto estimulante como a la carga sensual que los italianos siempre han asociado al postre. Se cuenta incluso que en algunas casas y burdeles del norte de Italia se ofrecía como afrodisíaco ligero y sofisticado.
De los restaurantes al mundo
Lo que comenzó como una curiosidad regional se expandió rápidamente en la década de 1980 gracias a la popularidad de la cocina italiana en el extranjero. Su fórmula flexible –que permite variaciones con licores, frutas o chocolates distintos– y su fácil preparación sin necesidad de horno lo convirtieron en un embajador perfecto de la dolce vita italiana.
El veredicto
Aunque la disputa entre Treviso y Friuli sigue viva, lo cierto es que el tiramisú representa algo más que un postre: es un símbolo de identidad regional y nacional. Hoy figura en las cartas de restaurantes de todo el mundo, reinterpretado en infinitas versiones pero siempre fiel a su esencia: un bocado suave, intenso y reconfortante que, como su nombre indica, sigue levantando el ánimo de quienes lo prueban.
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